
RECUERDOS DE LA INFANCIA
Por Rosana Zeballos
Era la hora de la siesta. Rosario aprovechó el sol para salir a jugar. Vio a Theo debajo del árbol, pensó que dormía, como siempre. Se acercó silenciosa, lo acarició y lo sintió distinto: no ronroneaba y su cuerpo estaba rígido. Gritó.
Ese grito atrajo a Eloísa, su madre. Y cuando la mujer vio al gato dijo que era la vecina, quien no lo quería porque Theo le escarbaba la huerta, así que lo envenenó.
Esa tarde Rosario descubrió la muerte, y la maldad humana.
