La trata de personas y la explotación sexual constituye violencia de género, doblega la autonomía de las víctimas y las convierte en mercancías, vulnerando derechos humanos fundamentales.
En esta fecha debemos reafirmar nuestro contribución a la defensa de las víctimas de trata y de explotación mediante un efectivo acceso a la justicia, así como una completa asistencia desde lo jurídico, lo social, y un acompañamiento integral del Estado.