El comedor de la FADECS recibe en forma diaria a un promedio de 50 estudiantes, la mayor concurrencia es los miércoles, a quienes se les brinda menús que cambian en forma cíclica cada tres semanas. Desde esta página se han difundido los platos que se elaboran de lunes a viernes.
«Dentro de la variación de los platos, todos los menús mantienen los valores nutricionales que demanda el cuerpo en forma diaria. Para lograr este equilibrio se recurrió al asesoramiento de la FACTA de Villa Regina, adonde se asistió a tomar un curso destinado a la elaboración de alimentos para comedores e instituciones. Por otro lado, recibimos los consejos de la profesora y nutricionista Diana de la FADEL, quien nos asesora», dijo el chef Ceferino.
El cambio adoptado este año en el comedor consiste en el agregado de un complemento al plato habitual, así, de ofrecer una hamburguesa y papa, ahora se lo equilibra con una ensalada, de esta manera se alcanza los 300 gramos de calorías en forma proporcional. Además, la carne de la hamburguesa se compra desgrasada y se le agrega cebolla de verdeo picada, lentejas, entre otras verduras.
«Los platos son muy bien recibidos, se incorporaron verduras como repollo, nabo, apio, y otros alimentos que no están en la dieta habitual de los estudiantes y aportan valor nutricional (energético y vitamínico)», explicó.
Para testear la aceptación de estos cambios, se mide por la cantidad que se deshecha y el dato es que no se registra en la bacha que hayan devoluciones. «El personal se organiza y conoce las cantidades que se van a utilizar en cada preparación para un número base de 60 personas, así como el procedimiento de elaboración de un menú estandarizado», dijo.
Cristina es la encargada de la venta de los tickets, atiende de 8 a 11 la demanda virtual y presencial. Con el margen de una hora, hasta el mediodía, se puede aumentar o disminuir las cantidades a cocinar, la premisa es que nadie se quede sin su vianda. El horario de cierre es 13:45, a veces alguien avisa que llega tarde y se le guarda el plato.
«Los tickets que quedan no se recuperan al día siguiente, es responsabilidad de cada uno el no asistir al comedor. La idea es que el estudiante se concientice, de manera que, si no puede asistir, le avise a otro compañero y este pida ración doble para que no quede esa porción sin ser consumida», dijo.
Si ocurre un imprevisto, por caso un micro que se retrasa, se da aviso a Cristina y entonces sí ese estudiante puede ir al otro día y hacer uso del ticket. Cristina también da aviso de casos puntuales, unos pocos, que demandan un menú vegetariano, y ahí se contempla y prepara un plato acorde, dentro del margen de preparaciones de la semana. Este funcionamiento refleja que el equipo que integran Ceferino, Natalia, Florencia, Daniela (Secretaría de Bienestar), Cristina (Secretaría Administrativa) y Laura (personal de Migaven) mantiene una comunicación muy fluida.