Compartimos párrafos del mensaje brindado por su hija Lucía, en representación de la familia:
El año pasado, en un mail de agradecimiento a colegas y técnicos del INTA, celebrando la jerarquización del IPAF Patagonia, de la cual ella fue partícipe de esa pelea, Mónica dijo:
“Termino recordando las palabras del maestro Miguel Murmis, que me caracterizaba por no aceptar el “no institucional” a algo que consideraba justo. Sigo “siendo” y sigo remando aunque el bote se torne de piedra a la manera que expresa un ícaro amazónico acerca de la mujer en el agua y que ilustra con rasgos homéricos una querida artista cordobesa en una acuarela que les adjunto.” (y adjuntó, por supuesto, una foto de esa pintura). Si hay algo que nadie puede negar, es que hasta el último momento ella “siguió siendo” y “siguió remando”, “aunque el bote se torne de piedra”. Un valor realmente admirable, que empujaba a quienes estábamos a su alrededor a tomar también desafíos y a pelear por lo que consideramos justo”.
“En los últimos años Mónica comenzó a estudiar literatura griega con mucho interés, desde donde repensó y reflexionó sobre la oralidad de los pueblos como forma de transmitir la vida de los grupos sociales subalternos. De allí que haya tomado y aplicado muchas de las cosas que aprendió, como explica en su prólogo de esta Segunda edición de Testimonios Mapuches en Neuquén, hayan decidido llamar “cantos” a los distintos tipos de testimonios agrupados, como en la literatura clásica griega”.
“Como hijos nos tocó ver a una persona muy dedicada al trabajo, convencida de lo que hacía, entusiasta, persistente, incisiva, exigente, viajera, valiente, pionera, sin dejar por ello de atender su vida familiar, a sus amigos y afectos, y a sus intereses y deseos. Gran parte de su vida la pasó en esta Universidad y en torno a la investigación y la vida académica. Ella contaba que cuando Lucía tenía menos de un año, en 1986, preparó el concurso para ser Profesora Regular mientras la tenía a ella en brazos. Y previamente, cómo le tocó atravesar los duros años de la dictadura militar, siendo también madre reciente de Leticia y Andrés. Siempre junto a Ernesto, compañeros de vida a quién también queremos hacer presente hoy”.
“En este homenaje, además de recuperar su legado académico y las causas que defendía, queríamos resaltar sus ganas de vivir la vida, la enseñanza de que hay que pelear por ella, y a ir por lo que queremos con determinación y afecto”.