En un mundo azotado por la violencia ejercida por los poderes hegemónicos, en una Argentina acechada por proyectos neoliberales y entreguistas cobra sentido, más que nunca, recordar el 24 de Marzo de 1976 como el inicio de una dictadura que dejaría huellas imborrables en la sociedad argentina.
Es responsabilidad de todos los argentinos y argentinas, de todas las instituciones del Estado o de la sociedad civil, recordar los aciagos años de padecimientos de jóvenes obreros y obreras, de les estudiantes, de mujeres y hombres que fueron cercenados en su libertad y en su vida, solo por pensar diferente y creer, en última instancia, que un mundo mejor podría ser concebido.
Hoy tenemos claro, ya, que no sólo fue responsabilidad de los militares, sino que fue una estrategia consensuada y acordada con sectores privados, para restaurar el soñado estado conservador y acallar esos intentos por logar una sociedad más justa.
Es responsabilidad de todes que aquello de “NUNCA MAS” sea una realidad, para quienes vivimos en este suelo Argentino.