El psicólogo social y educador popular Hugo Huberman, coordinador de la Campaña del Lazo Blanco en Argentina, dictó este sábado de un Seminario de Derechos Humanos en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. El encuentro tuvo por título «Género y Construcciones Culturales de Modelos Únicos de Feminidades y Masculinidades» y fue organizado por la Cátedra Libre de Géneros, Sexualidades y Derechos Humanos y otras entidades de apoyo.
Huberman abordó el modo en que los constructos culturales y las ideas de ser mujer o de ser hombre en el mundo contemporáneo, condicionan los cuerpos, los pensamientos y la visión de mundo. Ante la amplitud de la problemática, fue consultado sobre la base en la que se asienta esta relación intrínsecamente injusta. «Es un tema que atraviesa toda nuestra cotidianidad, donde más se da es en la intimidad, más que en el mundo público. El mundo público está regado de estereotipos, mitos y creencias que condicionan nuestro accionar», precisó. P. ¿Qué características tienen esas manifestaciones del mundo público? R. Van cambiando, no hay un modelo hegemónico estable. Hablamos de varios modelos que entran en pugna. Lo que se ve son relaciones de poder que disimulan el sistema patriarcal, el que está camuflado para el consumo, pero vivito y coleando. P. ¿En qué medida se distancia de una concepción amplia de derecho humano? R. Todo privilegio o violencia implica restricciones de derechos humanos. Si hoy no vivimos desde una plataforma amplia en este sentido, no se entiende que manera de convivir se puede alcanzar. Una manera de vivir con derechos es una vida plena, digna, los derechos son para todos y todas, no para algunos. P. ¿Cómo se llena de contenido esa propuesta? R. Una plataforma de derechos humanos es de jure o sea de justicia, y lo que queremos es construirla con muchas organizaciones sociales. Y pasarlas a de hecho, de facto, que cada una tenga la posibilidad a tener derechos sexuales, reproductivos, a tener una vida sin violencia. P. Esa teoría jurídica, ¿cómo se baja a la práctica? R. En concreto, lo que queremos es ver a muchísimas organizaciones sociales de toda América Latina, es ver un mundo en donde la equidad esté en lo cotidiano. En donde, por ejemplo, haya avisos neutros sobre trabajo y abandonemos los que dicen «doctor» o «ingeniero». Y que, por el sólo hecho del combo biológico, de tener un cuerpo de mujer, no puedas acceder a ese puesto. P. Esos modelos de socialización atraviesan todas las actividades humanas. R. Son modelos de socialización que tienen una historia, una prehistoria y es vivida, la carga biológica, como un destino cultural. Y en realidad la carga biológica sólo es un insumo. La carga cultural es hoy más fuerte que la biológica. P. ¿Y en los sistemas educativos cómo se puede trabajar? R. Hay sistemas muy duros para nuestros planteos, son como tallos los sistemas educativo, de salud, jurídico, de seguridad. Por eso vine, en esta oportunidad, a trabajar con la policía. Trabajo en toda América Latina y lo que veo, en cuanto al sistema educativo en Argentina, es que es cada vez más normativo y basado en estereotipos muy concretos. Se ha feminizado, el noventa por ciento de quienes cumplen rol profesional son mujeres. Esto implica una visión de la vida. Por eso necesitamos sistemas educativos más abiertos a la diversidad, más abiertos a los cuerpos. En el sistema educativo el cuerpo no se trabaja, no hay espejos en las escuelas, esto inhibe la identidad corporal, parecería que el cuerpo sólo se trabaja en Educación Física. Acceso a manuales: Masculinidades plurales y Modelo para armar |
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