El origen del Observatorio de Derechos Humanos de Río Negro data de 2004 y se ubica en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UNCo, en donde se dictaba la Especialización en Derechos Humanos. El cuerpo docente estaba integrado, entre otros, por el Doctor Rodolfo Mattarolo que se desempeñaba como Subsecretario de Promoción y Protección de Derechos Humanos de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación Argentina.
A partir de una experiencia exitosa desarrollada en Naciones Unidas, Mattarolo expuso sobre la creación de Observatorios de Derechos Humanos en distintas partes del mundo y la relevancia de su implantación en nuestro país. Con esos antecedentes, un grupo de estudiantes integrado por Ana Calafat, Ana Benito, Beatriz Silva, Mariela Rodríguez y German Martin, le detalló la situación de las cárceles en General Roca. La propuesta interesó al entonces Subsecretario, sobre todo porque Argentina acababa de firmar el Protocolo Adicional de la Convención contra la Tortura, el cual propiciaba la apertura de observatorios como forma de erradicar dicho flagelo en nuestro país.
“En ese momento se decide junto a un grupo de organismos que conforman una red nacional, la creación de un observatorio con sede en la FADECS, avalado por la Secretaría nacional y con el apoyo de la UNCo, que ha sido siempre central en su creación”, dijo la referente del Observatorio Ana Calafat. Se firmó un acuerdo entre la Secretaría de DDHH de Nación y nuestra facultad y, además, se fijó que por dos años contaría con financiación emanada del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Primer Observatorio temático
Con los fondos del Programa y la colaboración de las funcionarias de la Secretaría de DDHH Claudia Cesaroni y Ciro Annicchirico, se pudo dictar capacitaciones a las que asistieron el entonces Juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos Alirio Abreu Burelli, el Relator especializado en las condiciones de las personas privadas de libertad, y también los expertos británicos del Centro Internacional de Estudios Penitenciarios Andrew Coyle y James Haines, además de organizar cursos para formar a las personas que trabajaban el tema cárceles en nuestra región.
“El organismo rionegrino fue el primer Observatorio de carácter temático del país, y estaría dedicado de manera específica a las personas privadas de libertad. En este sentido, uno de los fines propuestos fue promover la creación del Comité contra la Tortura, y así poder cooperar para que el citado protocolo adicional de la Convención se empezara a poner en marcha de un modo federal en el país”, dijo.
Por otro lado, Silvia Horne, que había integrado el Observatorio, en su carácter de Diputada Provincial presentó un proyecto de ley para la creación del Comité, al que se le realizaron cambios consensuados y que fue aprobado por la legislatura rionegrina. “En la implementación surgieron algunas dificultades de funcionamiento que obligaron a introducir nuevas modificaciones en cuanto al carácter mixto del comité, a fin de lograr una nueva sanción por parte del cuerpo legislativo”, dijo.
Niñez y adolescencia
A los dos años, y con el aval de la Secretaría de DDHH de la Nación, ante las permanentes peticiones y demandas de la sociedad se fueron abriendo a otras temáticas importantes como, por ejemplo, la construcción de viviendas y el cese de los desalojos forzosos; una práctica que para los organismos de DDHH, a nivel nacional e internacional, constituye una grave violación de los mismos, en aquellos casos que no se ajustan a la ley y a lo que establecen los tratados internacionales.
En otro orden, a través del observatorio de Río Negro se empezó a formar el consejo de niñez y adolescencia, uno de los primeros que se conformó en la provincia. Si bien había una normativa vigente a nivel local (Ordenanza 3308/00 del Concejo Deliberante de la Municipalidad de General Roca), aún no se había ejecutado; al crearse en 2010 el Consejo de Niñez y Adolescencia (CONyA) de General Roca, resultó electo para presidir la Comisión Directiva el Licenciado Oscar Casanova, que en ese momento integraba el Observatorio. El organismo continúa con su accionar en forma autónoma e interinstitucional, con el objetivo velar por el pleno goce y ejercicio de derechos, fomentando la activa participación de la comunidad en la búsqueda de recursos y soluciones a los problemas que afectan al sector.
“Uno de los temas en los que se ha trabajado siempre en colaboración con el CONyA es a través de jornadas contra la baja de la edad de imputabilidad de los menores; hace muy poco tiempo se volvió a presentar un proyecto a nivel nacional que trataba de bajar la edad de 16 a 14 años. El Observatorio organizó con el Consejo distintos encuentros tendientes a que se tome conciencia de los efectos profundamente negativos que esto implicaría para el conjunto de la sociedad. Por eso, seguimos proponiendo que se instrumente la justicia restaurativa, que es una forma distinta de resolver los conflictos”, dijo Calafat.
“Además de continuar con el interés por el trabajo en materia de vivienda, del que siempre recibimos pedidos, en estos meses de aislamiento debido a la pandemia de COVID-19, nos llegan planteos sobre violencia institucional para que actuemos frente a casos de abusos por parte de la policía, ocurridos en algunos barrios de nuestra ciudad”, agregó.
Ampliación a otras problemáticas
El Observatorio sigue trabajando para mejorar las condiciones de las cárceles y que se cumpla con lo que han pedido los organismos internacionales de DDHH durante la pandemia. En ese marco, el 2 de junio pasado se realizó la primera charla del Ciclo “15 años del Observatorio” titulada “Pandemia y contextos de encierro”, que fue emitida por las redes sociales del Observatorio.
“Es un punto que nunca hemos abandonado y sobre el que estamos peticionando que, en aquellos lugares donde no hay comité contra la tortura, se permita que tengan las mismas atribuciones los organismos de DH existentes y preocupados por este aspecto en cada lugar. Esta es una actividad que se coordina con otros organismos hermanos de nivel provincial y nacional”, dijo Calafat.
Un asunto que se comenzó a abordar a partir de 2019 es el ambiental, la referente explicó que se han sumado a las asambleas comunitarias y se están ocupando del problema de la provisión del servicio de agua potable y su vinculación con el tema vivienda. Dado que a muchos barrios de Roca no llega la red, y que es una carencia que se repite en distintas ciudades, acompañan a las vecinas y los vecinos que están sufriendo dicha situación en esta época de pandemia.
Mantener viva la Memoria
“Vamos tomando otros ítems de acuerdo a las demandas que recibimos, así, acompañamos muchos reclamos de los pueblos originarios, la lucha por la aparición con vida de Santiago Maldonado, y múltiples reclamos de orden nacional. Durante muchos años hemos trabajado bastante en mantener la Memoria, concientizar sobre esta cuestión y, en ese sentido, hemos organizado charlas en establecimientos educativos, en donde hay que rescatar el trabajo de Alberto “Cacho” Cacopardo, quien se ha puesto al frente en el armado de charlas en las escuelas y en el Instituto Terciario Docente”, dijo Calafat.
La preservación de la memoria, con charlas temáticas y con testimonios de protagonistas que han dejado por escrito sus vivencias, han permitido que el Observatorio junto a otras entidades de la ciudad hallan instalado como un emblema los actos recordatorios que se conmemoran todos los 24 de marzo.
“Por último, dijo Calafat, acompañamos todas las cuestiones de género y en este momento contamos con la participación de Jimena Haro, que es una abogada graduada de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UNCo, como representante de nuestro Observatorio en el Consejo Local de las Mujeres Diversas”.
“Los logros del Observatorio de DDHH de Río Negro en las cárceles son muy relativos. Es imprescindible que se ponga en marcha el Comité contra la Tortura para su erradicación definitiva, y que haya condiciones menos punitivas y más criterios de respeto hacia las personas privadas de la libertad. Que se tome conciencia que el encierro no es una solución, ni por sí solo reinserta a nadie en su comunidad, más bien aleja a la persona de los afectos que la comprometen para cambiar su conducta”. |