Los veinte años de la reforma de la Constitución Nacional fue la oportunidad elegida para abrir y «naturalizar» un espacio nuevo de ejercicio del debate en la FADECS. El objetivo consensuado de manera informal entre los expositores convocados fue el de aplicarse sobre un tema particular, que forme parte del currículo de las distintas asignaturas y carreras. Este abordaje interdisciplinario, encarado por diferentes miradas y docentes, permitió poner en juego el saber universitario desde un análisis diferente. Sin ser una actividad áulica, mantuvo su característica académica y posibilitó enriquecer la experiencia de los estudiantes, al generar los espacios de ejercicio del diálogo y la confrontación entre los profesores en torno a un tema puntual.
Las exposiciones estuvieron a cargo de los profesores Rodolfo Ponce León (Derecho Constitucional), Jorge Douglas Price (Teoría General del Derecho I y II), Gabriel Rafart (Derecho Político II) y el decano Carlos Pescader (Derecho Político II). La charla-debate contó con el auspicio del portal de INFOJUS (Sistema argentino de información jurídica del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos)
El profesor Ponce León, que fue convencional constituyente en 1994, afirmó que «la primera actitud para con la constitución debe ser crítica, no reverencial sino de igualdad, por cuanto fue hecha para los hombres y las mujeres, no por sobre ellos». Hizo una síntesis de los avatares vividos por la Argentina desde su aprobación en 1853 hasta el presente, para contextualizar que «nada puede hacerse sin el consenso de esa gran electora que es la historia».
Su balance fue «altamente positivo» por los institutos aprobados (Primer Ministro, Jefe de Gabinete, órganos de control, Consejo de la Magistratura, Auditoria General de la Nación, los Tratados de Derechos Humanos, entre otros), y por el consenso logrado. «En la mayoría de las votaciones se superaron los dos tercios de los convencionales, para un cuerpo parlamentario de 305 integrantes, el más numeroso de la historia argentina».
A continuación, el profesor Douglas Price reflexionó que «se trata de la primera Convención Constituyente en donde el nivel de los acuerdos alcanzados para su sanción fue tan alto, que le dan a la Carta Magna una legitimidad que no tuvo ninguna de las anteriores». En 1853, la aprobación se realizó en el marco de unas políticas practicadas «por las elites, y en el que al pueblo se lo consultaba sólo para donar la sangre e impulsar las lanzas, y no para las decisiones políticas».
En coincidencia con uno de los aspectos citados por Ponce de León, para Douglas Price lo más importante de la reforma de 1994 es el «fortísimo» cambio de paradigma jurídico-político que instauró y la hace precursora, no sólo en Argentina sino en el mundo. De esta manera, «se alteró el sistema internacional de fuente del derecho surgido desde la Paz de Westfalia en 1648, cuyo principio rector de conformación del Estado moderno era el de la soberanía absoluta. Lo que significa que cada Estado puede hacer al interior de sus fronteras lo que quiera con sus entonces súbditos, después ciudadanos». Más allá de la valoración favorable de los numerosos institutos incorporados, cerró la idea destacando la incorporación de los incisos 22 y 24 del artículo 75 de la Constitución reformada.
La exposición del profesor Rafart comenzó con un planteo que tomó del jurista italiano Norberto Bobbio, a propósito de cumplirse los treinta años de sanción de la constitución italiana, cuya lectura el pensador europeo realizó «sin éxito, en la búsqueda del buen gobierno». La propuesta se orientó a repensar cuán democrática o contramayoritaria resulta «una norma pensada para una transición, un etapa en que todavía nos encontramos».
Afirmó que la prevención de los críticos respecto de la fortaleza del funcionamiento del sistema presidencial, «no se ha dado. Esto tiene que ver con el movimiento de los actores, la dinámica de la cultura política y, en línea con Bobbio, la Constitución no tiene la culpa». La manera de graficar el estado de cosas fue por medio del punto de vista de una figura a la que definió como central en la cultura política e industrial argentina, Torcuato Di Tella, quien en 2005 afirmó que «en el campo político e institucional hay más de una desprolijidad, pero no me cansaré de repetir que lo más importante es asegurar la solidez del poder».
El cierre estuvo a cargo del decano de la FADECS, Carlos Pescader, quien se ajustó al Derecho Político, cátedra que dicta desde hace 20 años, y particularizó el análisis en el aspecto de la inclusión de los derechos de las comunidades indígenas u originarias. Consideró que se trata de una perspectiva ambigua «si nos atenemos al contexto histórico y sobre todo al nuevo constitucionalismo latinoamericano, por el panorama novedoso que introducen en la materia. Y, además, por el uso del término interculturalidad, un concepto importante que recupera el texto, pero interpretada más como multiculturalismo».
En su análisis, Pescader destacó tres aspectos a tener en cuenta: la politicidad del derecho, los procesos de democratización del poder y del derecho, y la responsabilidad de los operadores políticos y judiciales. El interés estuvo puesto en cuánto aportó la Constitución de 1994, visto desde los actores sociales y políticos, comunidades originarias, pueblos indígenas, para pensar la desdiscriminación, la no violencia y la no marginación que han sufrido hasta entonces.
El decano hizo un repaso de los incisos 17, 19 y 22 del artículo 75 de la norma jurídica suprema, para concluir que «el espíritu de avance normativo, aún con las características menguadas que se señalaron, no ha impactad demasiado en muchas de las acciones concretas de algunos actores y de ciertas agencias estatales. No obstante, en las políticas desarrolladas en la última década se visualizan cambios sustanciales en la relación entre los pueblos originarios y los grupos sociales dominantes».
La jornada se desarrolló con un marco de asistentes que cubrió casi en su totalidad el Aula Auditorio, con la presencia de estudiantes, profesores y público en general. En el fluido intercambio de cierre, se destacó una consulta referida a la posibilidad de actualizar los cuerpos normativos en el amplio campo del derecho. El panel se mostró interesado en debatir la inclusión de los contenidos transversales referidos a los Derechos Humanos y a los nuevos marcos teóricos jurídicos en una reforma de los planes de estudios.