El 24 de marzo se recuerda a los 30.000 desaparecidos, víctimas del golpe cívico-militar-eclesiástico de 1976. Así se estableció por Ley de la Nación N° 25633/2002, con el espíritu de que se “consoliden la memoria colectiva de la sociedad, generen sentimientos opuestos a todo tipo de autoritarismo y auspicien la defensa permanente del Estado de Derecho y la plena vigencia de los Derechos Humanos”.
Esta jornada debe motivar una profunda reflexión sobre el destino de la patria, a la luz de nuestra historia reciente, para que Nunca más se repitan la violencia y el terror, la persecución y desaparición de personas, y para levantar los pañuelos blancos, símbolo de memoria colectiva y de lucha para que se llegue a la verdad y la justicia.